sábado, 23 de febrero de 2013

ladrónpoli


Cónicas de un Súper Papá (autor teti cavo con ayuda de sus hijos)
LadronPoli


         Hace unos meses atrás mi hijo me había prometido que me iba a invitar a jugar al ladrónpoli con sus amigos, por supuesto si ellos se lo permitían.

         Sus palabras de advertencia para permitirme jugar fueron:


         -Yo le pregunto papi y si dicen que si, vengo y te aviso Pero juga bien ¿eh? ¡no me vas a ser pasar papelones!, ni te hagas el loco, ni nada. Ósea corre bien Pá, yo te voy a enseñar a esquivar y los lugares que podes esconderte. Por favor no hagas vergüenza para mi…¡¡me muero!! ¿Entendiste?
        
Después de sellar como un contrato de seriedad entre mi hijo y yo, llego el momento de la invitación oficial. Estaba en mi casa acostado, eran las 20 hs y comenzaba atardecer de un día domingo, mi hijo Tomás llega corriendo de abajo, entra a la habitación y me dice:

         -Dale Pá apúrate, hoy jugás con nosotros. ¡¡Daleee!! ponete las zapatillas y pone ganas que tenés que correr. Todos te están esperando en el lugar de elección.

         Es imposible negarme frente a tan gran desafío. Me coloco las zapatillas, pantalón corto y remera. Bajo a la placita donde todos me reciben con fuertes gritos, hay aproximadamente 12 niños entre los 8 y 11 años, “el mas grande” de ellos esta subido al cuarto peldaño del tobogán, tiene una musculosa negra que dice: Ojo conmigo, Él es el encargado de la elección y explica para mí como es el sistema para saber si vas a ser policía o ladrón:
        
         -¿Si te toca Ladrón o policía o no llorar como nenita? – grita para que todos los escuchen
         - y te dejamos jugar a vos grande porque sos copado con nosotros.

         Extiende su mano hacia delante con la palma hacia abajo y todos debemos pegar con un dedo en su mano, el dedo que agarra es policía.  
         Así se va desarrollando la clasificación cuando llega a 6 policías escogidos, dice:

         -Todos los demás son ladrones-

Yo tengo la suerte de ser ladrón, mi hijo también esta en mi mismo grupo, me guiña un ojo y me pega un palmada en la espalda y me susurra algo que no logro entender, cuando me estoy preparando para empezar a correr, el mas peticito de todos, tira como un conjuro o una regla que nadie me había explicado con anterioridad:

-         ¡¡¡Sin gritar ni chistar el que se sienta cambia de verdad!!!

Inmediatamente todos los que eran policías se sientan y yo como en un acto reflejo mi tiro al piso también, me percato que los únicos que quedaron parados son los ladrones, me doy cuenta que algo mal estoy haciendo, porque mi hijo que esta parado se toma la cabeza y dice: ¡¡¡Papáaaa sos un nabo!!!
Inmediatamente cae la sentencia:

         -El único policía es el Papá del tomi, todos los demás somos ladrones –y todos festejan, saltan y se rien. Yo quiero pedir explicaciones pero todos gritan al unísono:

-              ¡¡¡Sin gritar ni chistar el que se sienta cambia de verdad!!!

Por las dudas de que no haya entendido un niño se me acerca y me confirma mis sospechas:

         -Señor usted se sentó y el que se sienta cambia de verdad, no se tendría que haber sentado porque nadie quiere ser policía…es más lindo que te atrapen. ¿usted jugo alguna vez a esto?

No termina sus palabras que todos están corriendo como desaforados por el parque, corren detrás de los árboles, usan los edificios del complejo para esconderse. Yo intento agarrarlos, había pensado que iba a ser mucho mas sencillo pero debo poner lo mejor de mi para “llevarlos a la cárcel” una vez atrapados se sientan en los bancos de la plaza. Me queda uno solo, todos vitorean su nombre ¡Samuel ¡Samuel!¡Samuel!  y tiran adjetivos como: -es el más rápido, es el que mejor se esconde y esquiva como un demonio- ¡Vamos Samuel que el viejito esta cansado!

         Me doy vuelta y riéndome le digo:
         ¡¡¡ya van a ver como corre este viejito!!! -Y me pongo a payasear, Tomás se agarra la cara y grita Papá nooooo, corre no te hagas el pavo.

         Samuel es realmente una liebre endemoniada, esquiva, se esconde cuando estoy a punto de agarrarlo, pega un giro increíble a escasos centímetros de mi mano. La persecución es festejada por sus amigos, mientras mas dura, más se entusiasman y le dan consejos a Samuel

-         ¡Por la azul, ándate por la barrera, escóndete en lo de la mili! ¡¡¡Hacele la traba de la muerte!!!

Me preocupo eso de la traba de la muerte y grito
 ¡¡¡¡eso no vale!!!

Cuando estaba a punto de atraparlo, ahí a punto de consagrarme luego de una carrera en línea recta de 30 metros. Un niño subido al banco de la plaza grita con todas las fuerzas de sus pulmones:

         ¡¡¡¡¡Samuuuu, escapá que este grande corre como si nunca hubiese tenido infancia!!!!!

La frase hace que me distraiga y detenga la marcha, no doy más y me tiro al piso, estoy súper transpirado, todos los niños han levantado en brazo al héroe de la Noche el gran Samuel. Tomás, mi hijo, esta parado al lado mío y me consuela:

         -Papí: no te hagas drama, al Samu no lo atrapa nadie.

Me quedo un buen tiempo tirado, disfruto del momento, de las risas, del juego, disfruto de mi “nueva infancia” compartida con mi hijo. Me levanto despacio, los niños esta a mi lado y me sorprende que también me felicitan

          –Buena corrida señor, buena corrida, cuando quiera venga y juegue con nosotros, ¡si el Tomi lo deja!
                                            

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