Crónicas
de un Súper Papá
La
vuelta al mundo en 1 hora 30 minutos
Ciro ya tiene 1 año y 2 meses camina de un lado a
otro por todo el departamento, se sube a la silla para tomar el picaporte y
abrir la puerta, agarra un balde de rasting y sale al pasillo, antes nos besa a
todos y nos saluda con su manito como si se fuera de viaje. Llega hasta la otra
punta del pasillo, golpea la puerta de la vecina, sale y se saludan
afectuosamente, y de allá vuelve con una banana o mandarina muy sonriente,
cierra la puerta, se sienta arriba de una radio muy vieja que fue de su
bisabuelo.
Come su fruta. Ciro tiene rasgos de su fuerte
personalidad, le gusta caminar muuucho, saltar, dar besos y reir sin parar.
Pero lo que mas ama Ciro es dar la vuelta al mundo.
Cuando Ciro quiere viajar lo hace saber, golpea la
puerta, saluda con su manito expresando el chau, y comienza a decir: ma…ma…ma.
Eso significa: quiero Salir a dar una vuelta a la manzana y allá vamos a
embarcarnos en semejante aventura.
La vuelta al mundo no es solo caminar 4 cuadras, es
para él una exploración infinita que he registrado en mi bitácora de viaje.
Apenas salimos, a escasos 5 metros de nuestro hogar,
encuentra su primera fascinación 3
escalones que sirven de entrada a la casa vecina. Cuando la ve comienza con su
gritito de explorador y se sienta retrocediendo hacia atrás, una vez sentado te agarra la manito para que lo acompañes, se
rie, se levanta hace 3
metros y vuelve a repetir la acción, retrocediendo hacia
atrás, te toma la manito y se ríe una y otra vez, entre 10 y 15 minutos le
dedica a la intrépida aventura del escalón.
El camino sigue hasta encontrar el perro que esta en
el jardín de entrada antes de llegar a la esquina, como sabe que va estar
comienza a decir guagua, guagua, guagua uuuuuuhh y se lleva la mano a la
cabeza, esto le da un poco de temor pero al mismo tiempo quiere verlo, así que
los últimos metros para llegar a ver al perro su paso es bien pequeño muy
chiquito y va detrás de mí diciendo todo el tiempo guau, guau uuuuhhh!!!.
Cuando lo ve grita y le tira la manito, el perro que es bien pequeño le pasa la
lengua por la mano y a Ciro le encanta, gira alrededor mío y vuelve a poner su
mano, duración estimada 10 minutos más. Antes de terminar la cuadra, se encuentra
con un charco que intenta saltar desde el cordón y siempre cae al medio del
agua, lo realiza entre 10 y 15 veces al salto lo cual quedan todas las
zapatillas mojadas y así llegamos a la primera esquina. Una cuadra, un
continente.
Viajar cansa, así que la parada obligada para tomar
algo fresco es la heladería, nos sentamos en la sillita de afuera y se
enchastra con un palito helado de frutilla. Retomamos viaje con la cara toda
colorada. Y ya han pasado aproximadamente 30 minutos.
En la segunda cuadra se encuentra con su séptima
maravilla del mundo un local donde festejan cumple para niños, música fuerte y
una bola de espejos que alcanza a ver donde se reflejan luces de colores, se
fascina, aplaude, grita, dice ma ma ma para todo el dice mamá, lo que más me
llama la atención que cuando le abren la reja para que entre Ciro sale
corriendo, le cierran la reja y se vuelve a parar, a bailar y aplaudir, La
muchacha que atiende lo llama por su nombre y lo invita a entrar pero el apenas
la ve sale corriendo, esta acción puede durar otros 7 minutos más.
La tercera
cuadra se resuelve a caballo, se sube a una pirca y se cuelga en mi espalda, el
caballo galopa entre árboles y arbustos al jinete le gusta que corcovee, se
pare de golpe y lance un relinche fuerte. El jinete festeja con gritos de
júbilo.
La cuarta cuadra el caballo esta cansado, se para en
un bar y se pide un café con leche con medialunas, Ciro un jugo de naranja y
camina entre mesas haciendo un montón de onomatopeyas, yo estoy convencido de
que en ese momento el esta contando su enorme viaje, los lugareños ocasionales
no entienden su idioma y le dan palmaditas en su cabeza o desoyen su relato.
Los últimos metros generalmente se caminan en
silencio, reflexionando talvez de la gran travesía realizada. Volvemos a casa.
Ciro entra y dice: M ama m ama ma y corre con su madre, ella lo besa, lo abraza
y se hacen naricitas tanto amor es entendible, no todos los días se da la
vuelta al mundo en una hora treinta minutos.
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