Cónicas de un súper Papá
¿Quien se enferma?
Los
hijos se enferman de eso no hay ninguna duda, mi pregunta existencial es: ¿porque
se tienen que enfermar ¡Siempre! los viernes por la noche?. Capaz que su
sistema inmunológico les avisa: ¡es viernes, es viernes! tus papis están por
salir, ¡es viernes es viernes!, mañana no atiende tu pediatra, ¡es viernes es
viernes! tus padres te cuidaran todo el fin de semana.
Los
hijos se enferman, pero el problema en nuestra familia es que generalmente
cuando uno cae, el otro lo acompaña. Es como una solidaridad a su hermano, o a
la economía de sus padres ya que el médico amablemente nos hace un 2x1 en la
consulta.
Pero
el problema mas difícil cuando mis hijos están enfermos es su papá, ósea yo.
Como dice la negrita: amor ¡¡TE PONES INSOPORTABLE!!. Es que no puede evitar
angustiarme. Sentir que es el fin del mundo cuando el termómetro marca 37 grados,
¡Si ya se que eso no es fiebre! Pero para mi es la sensación de las
complicaciones mas tremendas.
Hace
una semana los 2 cayeron a la cama, mi pareja luego de levantarlo al Ciro
dormido y llevarlo a su cuna, me dice: Amor Ciro tiene 38 grados, no me explico
como hace que con solo levantarlo descubre inmediatamente la temperatura de su
hijo.
-
¿Cómo que tiene 38
grados? Seguro negrita, sino le tomaste la fiebre…no digas que tiene fiebre a
ver ¿Dónde esta el termómetro?
Yo como buen padre nunca se donde están las
cosas, no las encuentro con mis hijos sanos menos cuando están enfermos. Cuando
comienzo a desesperar la búsqueda, aparece mi pareja con el termómetro en la
mano. Le tomo la temperatura, marca 38º grados exacto
A partir de este momento yo comienzo a
entrar en un cuasi pánico alterado, con patologías de síndrome preguntista:
-¿Cómo
se enfermo negrita? ¿Qué tendrá negrita? ¿Cuándo empezó? ¿Llamamos al médico?
Son las 12 de la noche. ¿lo llamamos? ¿Vos lo desabrigaste?
Cuando
la última pregunta osa una manifestación de responsabilizar a la mamá de la
enfermedad, ella inteligentemente me clava una mirada y me dice:
- Yo
no soy médica, ni bruja, ni mamá virus. Quédate tranquilo que es fiebre nomás,
mañana llamamos a su pediatra.
La noche se hace eterna, Ciro duerme
con nosotros yo a cada rato lo miro le toco la frente, tomo agua, me doy
vuelta, lo miro le toco la frente, tomo agua me doy vuelta, lo miro le toco la
frente tomo agua me doy vuelta…así hasta la 8 de la mañana.
Cuando nos levantamos, lo primero que
hago es llamar al médico, nos da turno para el mediodía. Luego llamo a mi
trabajo para avisar que no voy a ir. Mientras estoy realizando eso Tomás se a
despertado y tiene mucha tos, aparece en la cocina con los ojos hinchados y me
dice:
-
Papá yo también voy al
medico, estoy echo bosta…ya me tome la fiebre estoy igual que el Cirito 38
grados...¿que día es hoy, Pá?
-
Sábado…
-
¡¡¡Que mala suerte!!!
¡¡¡No voy a faltar al cole!!!
A
las 11:30 estamos toda la familia en el consultorio de nuestro gran médico el
Dr Orchansky. Luego de revisarlo al tomi y dar su diagnostico: Faringuitis.
Lo
revisa a Ciro que llora desde que lo mira hasta que vuelve a los brazos de su
amada mamá. Diagnostico Bronquitis. Nos regala los medicamentos y volvemos para
casa.
Darle
el medicamento a Ciro es la muerte en cámara lenta, no hay manera de
convencerlo, ni con juguito, ni en cucharita, ni con la jeringa…él llora se
retuerce se pone colorado y cuando terminamos de dárselo me vomita desde los
pies hasta la cabeza…Lo intentamos hasta tres días, al cuarto Tomás esta
talmente curado y Ciro sigue con fiebre. Cuando vuelvo a intentar darle el
medicamento Ciro me vuelve a vomitar todo, estoy literalmente bañando en vomito,
cabeza, pantalón, zapatillas y piso. Asi como estoy vuelvo a llamar el médico.
El doctor me recomienda que cambie el medicamento por otro, y me dice que lo
lleve a la guardia de la clínica y le coloque Reliveran inyectable.
Corto
el teléfono, y saco mis conclusiones:
-Negrita, ¿le ponemos el reliveran
inyectable? Le va a doler, ¿Que hago? Ah, me voy a comprar el otro antibiotico…¡ya
se! le voy a comprar reliveran en gotas y se lo damos en 7up si vomita , ahí lo
llevo a poner el inyectable…ah? ¿Hago eso?. Mi pareja me dice:
-
Que te dijo el médico,
amor
-
Que le ponga un
inyectable de reliveran y le cambie el antiobiotico por…(en ese momento me
percato de que no anote el nombre del nuevo antibiótico y que no tengo la menor
idea de cómo se llamaba) No me acuerdo
negrita, huy no me acuerdo, -cuando estoy marcando nuevamente el teléfono
del Doctor ella me dice:
-
Azitromicina
Me sorprende que ella lo sepa,
-¿como sabes
vos el nombre?
- Porque
cuando cortaste empezaste a decir como un autómata : Azitromicina,
azitromicina, azitromicina. Calmate querés
Salgo corriendo a buscar una farmacia, no
entiendo porque lo hago corriendo y no voy en mi fiat 600. Corro 6 cuadras
encuentro una abierta compro y vuelvo corriendo a casa. Llego y abro el
Reliveran la negrita esta con Ciro en brazos esperándome tomando unos mates.
Abro el Reliveran y tomo un trago, la negra abre los ojos como diciendo estas
completamente loco. Yo me justifico:
-
Lo hago para saber el
sabor, no tiene sabor a nada. Antes era asqueroso. -Me dirijo a ciro y le
digo-
-
-
Amorcito esto es rico, ciro me contesta con un
nooooo sacudiendo la cabeza.
Me doy cuenta que me falta la 7up y vuelvo a
salir corriendo para el kiosco otras 3 cuadras, vuelvo coloco la gaseosa en un
vaso y a escondidas de ciro le echo gotas de reliveran al vaso, lo pruebo esta
rico, pero me doy cuenta que tome demasiado y por ende me he tomado el
medicamento, Asi que tiro lo que queda en el vaso, vuelvo a servirlo y le
coloco las 10 gotas de reliveran. Se lo doy a ciro y el lo toma con entusiasmo,
yo respiro y festejo diciendo:
-Lo tomo,
negrita, lo tomo..biennn!!
Pongo el cronometro del reloj para que dentro de
60 minutos me avise y darle el antibiótico. A los 60 minutos la negrita toma
una cucharita y le da el medicamento, Ciro llora, hace arcadas, se pone
colorado. Y yo de fondo pego saltitos diciendo:
-
No vomites cirito, no
vomites cirito, no vomites…
Y lo logramos, Ciro no vomita y se repite la
rutina por tres días y Ciro se pone sanito. Cuando todo vuelve a la normalidad,
mi pareja me sienta en la cama y me dice:
-
Lo más difícil, cuando
se enferman nuestros hijos, ¡sos vos!
-
Ehhh en serio? ¡No debe
ser para tanto!
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